UN AMOR BAJO EL AGUA

Autora: Susana Bellido Báez
Primer lugar - Primer Concurso de Creación Literaria 2009
Género: cuento
Categoría: juvenil

En Inglaterra existía una princesa muy hermosa que se llamaba Aranza, ella vivía perdidamente enamorada de un esclavo que se llamaba José. José era huérfano y Aranza era hija del rey de Inglaterra. Los padres de Aranza la tenían muy apartada de la sociedad, ella quería ser libre y feliz, sus padres en una desafortunada ocasión escucharon cuando Aranza le dijo a José que lo amaba y José dijo que el también, pero también le dijo que su amor era imposible porque eran de distintas clases sociales. Sus padres al oír esto no dudaron en separarlos y dijeron a José que si lo veían acercarse a su hija Aranza, lo matarían. Los padres de Aranza avergonzados por la situación, deciden comprometerla con un príncipe extranjero, era el hijo del rey de Portugal. Aranza enterada de lo ocurrido, no dudo en escapar, la mamá de Aranza escucho un ruido en el castillo, fue velozmente y le aviso a su esposo. Era José que fue a recoger a Aranza para escapar juntos. Pero en ese momento llego Carlos, el hijo del rey de Portugal, pregunto donde estaba Aranza y que es lo que pasaba, pues todos estaban alterados y no encontró a su futura esposa Aranza. El padre de Aranza le contó todo a Carlos, este no dudo en sacar su espada e ir detrás de Aranza y José. Los demás esclavos recibieron una orden, ir a matar a José y traer de vuelta a Aranza. Cuando escaparon llegaron aun lago muy hermoso, pero muy hermoso, tenia aguas cristalinas. Ellos escucharon una voz que les dijo: ¿Porque están tan tristes?, Aranza dijo: “es que no podemos amar en paz”. El lago le dijo: “digan ama bajo el agua tres veces”. No dudaron en hacerlo, dijeron la primera, la segunda, pero a la tercera un balazo impacto contra José y murió, Aranza lloro, el alma de José se refugio en la profundidad del lago, Aranza dijo que no se quería separar de el y el lago le dijo que viniera a su encuentro, ella lo hizo y se encontró con el alma de José, ambos se convirtieron en sirenas y fueron felices para siempre.

FIN